TnM ~ Un Amor Inmortal ~ Capitulo 28 ~ Parte 2

Vi de reojo que él se acercaba y volvió a abrazarme. Sentí un beso en lo alto de mi cabeza.


Thomas: Ese es el mejor regalo que me pudiste haber hecho, gracias.


Mis mejillas volvieron a tomar color mientras en ese momento mi mente solo existía un solo pensamiento; "como alguien puede ser tan perfecto en un mundo así?"
Siendo honesta, cuando era niña, quizás hasta me hubiera reído de la idea de salir con un chico humano. Porque yo creía que eso simplemente no funcionaría, ni que tampoco debiera ocurrir. Reí por lo bajo al pensar eso, que estupidez.


Un par de segundos después, sentí que Thomas pasaba su mano por alrededor de mi cintura y espalda. Empecé a sentir que toda mi cara se me enrojecía debido a la vergüenza. 


Marie: T-Thomas.. - balbuceé -. ¿S-sucede algo?


Él se separó lo suficiente para que su cara quedara frente a la mía.


Thomas: Perdón, no quería incomodarte. Es solo que creí notar.. - bajó su vista hacia donde mis costillas estaban y apoyo ligeramente sus dedos sobre ellas -. ¡Tienes muy resaltados los huesos! - acotó en medio de un grito ahogado. Subió su vista para verme a los ojos - ¿Has estado alimentándote últimamente, no?


Cerré los ojos mientras recordaba el hecho de que no, no me había alimentado en los últimos días. Ni con comida humana, ni con sangre de animales como suelo consumir. Me dí cuenta en ese instante que eso debió ser un terrible error ya que, ahora que parte de mi cuerpo era humano, necesitaba esas 'vitaminas y proteínas' de su comida. Y también la supuesta energía que te diera. Pero me sorprendió el hecho de lo mucho que me afectó físicamente. Ni siquiera sentí hambre, pensé.


Marie: Yo.. - trataba de encontrar las palabras -. quizás no haya comido en un par de días.


Pensé que se enfadaría, que empezaría a decir cosas como "¿porqué no te has cuidado?" pero en cambio, alargo su mano hacia dentro de su mochila sacando de ella un envase de plástico la cual contenía una rebanada de pastel. Lo miré curiosa y él sonrió un poco.


Thomas: Mis padres pretendieron alegrarme la mañana con un pequeño festejo de cumpleaños, pero no funcionó mucho - me extendió el tupper -. Y ya que hoy es también tu cumpleaños... - dejó en suspenso la oración mientras me miraba con una media sonrisa.


Le devolví la sonrisa en agradecimiento por el gesto y tomé el tupper con una mano y con el otro brazo lo envolví en un abrazo a él por la cintura. Y pensar que a esa mañana la había recibido deprimida; y pensar que ese día se suponía que era uno de los más tristes de mi vida. Pero ahí estaba, con mi rostro estampado en el cuello de mi novio, mientras procuraba concentrarme más en el perfume de su ropa que en el calor que sentía debido a su sangre.


Lo que nos interrumpió de ese tierno abrazo que parecía eterno fue el timbre de la campana del colegio, dando a entender que las clases de ese día comenzaron. Dejé salir un suspiro pesado y me separé delicadamente del castaño. 


Marie: Ve, corre - dije -. Llegarás tarde a clase.


Me mordí ligeramente el labio para evitar lagrimear, tratando de no pensar que quizás esa sería la última vez que yo lo vería a él. A mi novio. Al chico que, muy a pesar de que no conocía hace mucho, estaba destinado a mi lado desde hace mucho tiempo atrás. Y ahora tendría que separarme de él. Pero no quería una despedida formal, ni tampoco informal. 'Me daría más sufrimiento un solo adiós más' pensé.

Tan solo había movido mi pie, Thomas me detuvo de irme sosteniendo mi muñeca.


Thomas: ..No - dijo -. Yo no iré a ningún lado más que contigo.


Me quedé sorprendida por unos segundos, ya que no vi venir esa decisión que, aparentemente, él la había tomado muy firmemente. 


Marie: - suspiré ligeramente -. Thomas...-


Thomas: No, Marie - me interrumpió -. Hoy no iré a clases. Ni hoy, ni mañana, y así en adelante.


Estaba por decirle '¿en que rayos estas pensando?' cuando él se descolgó la mochila del hombro y la abrió para que yo pudiera ver lo que había allí adentro, y no eran libros precisamente. 
En su mochila se hallaban unas cuantas botellas de agua, una pequeña toalla, varios envases de comida enlatada, un par de billeteras -que parecían estar llenas -, entre otras cosas. "¿Para que diablos es todo esto?" se me cruzó por la cabeza.


Marie: Thomas... - lo miré un poco preocupada - ¿qué estás planeando?


Antes de responder, todo lo que hizo fue apoyar su frente contra la mía. 


Thomas: No nos separarán Marie, menos en nuestro cumpleaños - me miró directamente a los ojos -. Escapemos.









CONTINUARÁ......