TnM ~ Un Amor Inmortal ~ Capitulo 26 ~ Parte 1

Alder: ¿Vienes? - su mirada expresaba que no tenía malas intenciones, y decidí darle un poco de confianza.



Marie: De acuerdo - dije, y al segundo ya caminaba junto a él por un sendero en medio de ese bosque.




Algunos momentos mas tarde...



Alder: ¿Un chocolate caliente?


La casa de Alder era diferente de lo que me había imaginado, pero no se alejaba mucho: los sillones de cuero - que la piel parecía ser de oso por el pelaje - estaban acomodados frente a la chimenea de piedra. De una manera que pareciera que toda la sala de estar era acogedora, y en cierto modo, lo era. Había una mesita de café pequeña, rodeada por los sillones, en el cual había encima algunos libros. De esos típicos que eran muy antiguos y que había visto en la casa de Jazz y Dezz. Las paredes estaban vacías y no se mostraba otra cosa mas que la fina madera de pino que se apilaba debajo del techo. A un costado, había una pequeña y vieja radio que parecía estar en desuso hace ya mucho tiempo. A donde quiera que mirara y adonde quiera que oliera se sentía la esencia mágica que era infaltable en los hechiceros. 

Volteé a verlo en cuanto me hizo el ofrecimiento.



Marie: No, gracias - respondí amablemente mientras él se sentaba enfrente mío, con una copa de vino en su mano -. Quiero estar el mayor tiempo posible sin ingerir nada que consuman los humanos por igual - aseguré.


No pude ver su expresión, pero si logré notar que había movido ligeramente su cabeza hacia un costado, como diciendo 'Si, suena comprensible'.

Miré hacia un costado inconscientemente para terminar con la mirada sobre una fotografía enmarcada que reposaba sobre uno de los pequeños escritorios que se esparcían allí. De no haber sido que había visto a alguien familiar en la foto, no le hubiera dado mucho importancia. Al acercarme un poco más, pude notar quienes estaban en aquella imagen. No pude evitar sentir sorpresa, a pesar de que nada debería sorprenderme ya.


Marie: ¿Conoces... conoces a Jazmín y a Destiny? - lo miré. 


El viejo rió ligeramente y puso una expresión un poco paternal.


Alder: No solo las conozco - dijo sonriendo -. Son mis mejores aprendices, casi como mis hijas.


No evité sonreír por algún motivo. La verdad me alegraba conocer a alguien que conociera a mis mejores amigas, sobre todo alguien que les había enseñado todo lo que sabían y era tan cercano a ellas.

Ninguno de los dos dijo nada por unos minutos; yo solo no podía dirigir mi mirada a otra cosa que no fuese la fogata en la chimenea. Observaba como aquellas llamas anaranjadas se ondulaban levemente hacia arriba, lazando pequeñas chispas a la vez. Parecía casi tan encantador como el destello que había visto en el bosque. Será por la potencia de luminosidad que tiene, quizás. Pensé.

El silencio de la habitación seguía persistente, pero no duró mucho.


Alder: Si sabes que esto terminará matándote, ¿no? - acotó sin dejar de ver el fuego de la chimenea, igualmente. 


Tardé algunos segundos antes de responder.


Marie: Si, lo creo muy probable - admití con franqueza, seguido de un suspiro -. Pero lo que sucede es que.. -


Alder: Estás enamorada - terminó el hechicero por mí, esta vez volteándose a verme. Le devolví la mirada -. Se nota en tus ojos y en tu actitud. Actitud de que estas tratando de proteger a alguien, y harías lo que fuese por esa persona. Pareciera que encontraste tu lado humano - mencionó antes de beber un trago de vino. 


Solo miré al piso, tratando de acomodar palabras que decirle, pero no era muy sencillo. Sobre todo si era de ese preciso tema.


Marie: Tengo miedo - le confesé -. Mi lado humano biológico se esta desarrollando, y cada vez con más rapidez. No quiero eso, solo quiero conservar mi humanidad mental.


Alder pareció considerarlo antes de volver a hablar.


Alder: Los humanos son bastante particulares, ¿no crees? - preguntó unos segundos después - Con esos sentimientos, esa mentalidad, esa alma y esa humanidad; todo en un solo cuerpo.


Marie: ¿No era que todos los seres vivos poseían alma? - la verdad no era una experta en el tema, ya que era sobre todo de algo religioso en lo cual no estaba ni metida ni tampoco muy interesada.


Alder: Si, en teoría. Pero me refiero al alma humana - aclaró mientras se acomodaba en su asiento y dejaba el vaso sobre la mesa -. No seré un gran conocedor en este tema, pero lo que tengo en claro acerca de aquello es una cosa - me miro como si fuera una alumna apunto de escuchar una lección -: "De alma pura sera, aquel que la deje a la vista a través de sus ojos". 


No se por cuánto quedé reflexionando acerca de aquella frase, pues era una de las cosas mas sabias que había escuchado. Sin embargo, en ese momento fue como si hubiera vuelto a la realidad, a los problemas, y pensé ¿cómo logro volver a la normalidad?


Alder: Algo te preocupa - me dijo -. ¿Qué sucede?


Marie: Necesito alguna solución para lo que le sucede a mi cuerpo - respondí mientras volvía a verlo -. Como tú mencionaste, esto solo va a ir empeorando. Y de ninguna manera planeo alejarme de mi novio - recalqué -. No dejaré de lado mis sentimientos.


El hechicero pareció volver a meditar lo que dije antes de responder.


Alder: Solo te queda la manera ilegal - me miró -. ¿Has escuchado de las pociones mágicas?


Marie: Ya lo intenté - me sentí desesperanzada de repente -. Jazz y Dezz trataron de ayudarme, pero no mejoró ni ayudó a la situación.


Él solamente hizo una larga pausa antes de volver a abrir la boca.



Alder: Entonces me temo que es muy tarde ya, mi joven amiga.






CONTINUARÁ......